Mejor acompañado que solo (Rebecca)

Y aquí me encontraba, dirigiéndome a patita desde mi casa con una mochila a cuesta con crema solar, una toalla, y mil cosas más en una mochila hacía mi playa favorita Blue Sky Beach, puede que Glyfalda Beach fuese mejor para los deportes y para tomar el sol, pero la primera se me hacía más bella, era mucho mas entretenido observarla —mas que nada porque si ibas a la otra mas que nada verías a deportistas, y la probabilidad de que algún surfista te diera sin querer, o sin querer queriendo era bastante alta… vale sí, yo sin querer le había dado a alguien, PERO SIN QUERER, que conste.

Bueno, pues eso que aquí iba andando desde mi casa hasta la playa la cual se encontraba un poco lejos, lo que me hacía llegar a la conclusión de que mi persona era un poco bastante masoquista… y bueno, que tal vez mi fobia a los coches y a todos los estúpidos trastos esos con ruedas estaba yendo en aumento, me encogí de hombros restándole importancia… tampoco había tanto camino… esperaba no volver a casa con un par de cayos.

Me sobé un poco los ojos, tenía bastante sueño, algo bastante normal teniendo en cuenta que después de una fiesta bastante… alocada —creo que me había liado con 3 chicos, aunque por el alcohol, no me acordaba demasiado, por suerte ayer intenté alejarme de cualquier otra sustancia como las drogas, y por suerte al menos ayer lo conseguí— bueno, que volví de esa fiesta a las 6 de la mañana, cuando llegué iba dispuesta a irme a la cama, pero mis padres aparecieron de por medio y me echaron la bronca —con toda la razón del mundo, lo reconocía… pero no delante de ellos— por lo que no me acosté hasta las 9 de la mañana… pero sorprendentemente no tenía resaca ¡AWWWWW! ¡VIVA TU SUERTE BECCA! Sólo estaba que me caía de sueño, de hecho me veía quedándome frita en la arena… pero bueno, había tenido antojo de pasear por la playa, era así de rara... umh, aún me preguntaba como mis padres me habían dejado salir...

Por suerte al rato de seguir andando —cuando ya estaba empezando a maldecirme a mi misma en un par de idiomas— vi que ya estaba llegando, sonreí tontamente para luego dar un pequeño salto, dándome bastante igual si alguien me había visto o no, me pecarte de que tenía al lado un kiosco, por lo que me acerqué al mismo para coger, de paso, un helado, ya que iba a la playa iba a ir bien, a lo más típico cliché y anunció de verano a lo: VIVE EL MEJOR VERANO DE TU VIIIDA

Le sonreí al dependiente y le pedí un helado de chocolate mágnum, ñam, se me hacía la boca agua, tras eso le pagué y entré tan contenta a la playa con una sonrisa que nadie me quitaba, a lo lejos me parecía ver una pequeña cabecita rubia que se me hacía bastante familiar, creo que sabía quien era, noté como al oír pasos se escondió, sonreí, awww… Dan, amaba ese pequeñajo, bueno, creo que era ese pequeñajo ahora lo comprobaría, empecé a abrir el envoltorio del chocolate.

-Bueno, aquí estoy sola en la playa, con un helado de chocolate que me esta haciendo la boca agua, si Dan estuviera aquí se lo comería de un bocado, que penita que no este aquí-dije para luego suspirar dándole a mis palabras un deje interpretativo, e incluso, algo dramático esperé unos segundos para ver si salía, sino era el, iba a quedar un poco mal, y pensarían cualquier cosa, pero bueno, como dije/pensé antes, me da igual.

Vale… de las rocas no salía nadie, al menos de momento, así que estaba empezando a pensar que mi vista me había echo una mala pesada hice una pequeña de mueca de: Diablos y me mordí el labio inferior, ¡MI VISTA DE AGUIÑA ESTA EMPEZANDO A DESAPARECER!, eso era realmente preocupante ya que me podría quitar muchos beneficios que tenía antes, me quité la camiseta y tras eso mi pantalón corto para quedarme en biquini, el cual era de color rojo, por cierto. Tras eso lo guarde y saqué una de las toallas que me había traído, después de todo siempre es aconsejable traerse al menos dos, y la puse sobre la arena, pero eso no evito que se llenará de arena igualmente.

Resoplé y volví a repetir la misma acción con cuidado hasta que finalmente conseguí realizarla, que realmente, no se como lo hice sin que se me cayera el jodido helado, que por cierto aún no había probado. Cogí la crema solar y me eché un poco no demasiado para no embarullarme, ya me echaría un poco más después los cual sería mas eficiente ir repitiendo el proceso que un montón de crema para todo el día, me tumbé en la toalla y cerré los ojos un poco, había una pequeña brisa de aire, que relajaba todos mis sentidos.

No era lo suficientemente fuerte para que tuvieras frío, pero era bastante agradable, ya que debido a ella la sensación de bochorno por el calor que estaba siendo causado por los rayos solares disminuía, no demasiado, pero conseguía que el mismo no fuera tan sumamente agobiante.

Miré el agua la cual estaba bastante tranquila, tal vez había un par de olas, pero no era peligroso el bañarse... umh dentro de poco iría a meterme, miré mi helado y noté como de repente alguien se tiro a mi lado, y me habló, sonreí al reconocer esa voz, y al ver esa sonrisita tan tierna y de niño bueno la mía se amplió de sobremanera; Bueno, al final mi vista no me estaba fallando como yo suponía, si que era Dan

-Hola Dan, ¿Qué haces por aquí?-le pregunté para luego tenderle mi helado, preguntándole con la mirada si lo quería, cuando me preguntó porque le había visto me senté sobre la toalla y dirigí mi mano libre hacía mi ojo poniéndolo en mi párpado inferior- Tengo vista de águila-le dije para luego guiñarle el ojo y observarle, parecía que no se había echado crema, y tenía un pequeño arañazo en la pierna, apreté un poco los labios, los niños pequeños solían causarme mucha, muchísima ternura, pero Dan más si cabe, ya que su pasado no había sido precisamente agradable, le conocí en el hospital, ya que el al igual que yo era asmático… pero el había perdido a sus padres a la corta edad de 5 años… cosa realmente cruda, por eso siempre que podía intentaba ayudarle dentro de lo que estuviera en mi mano.

Mucha gente me comentaba habitualmente, que cuando estaba con niños/niñas pequeña mi personalidad cambiaba mucho, que me volvía mucho mas tierna y maternal.

-¿Te has echado crema? ¿Te la echo yo? ¿Cómo te has hecho ese arañazo? ¿Te lo curo? ¿A que te vas a quedar aquí con tu amiga Becca?-pregunté para luego darme cuenta de que tal vez eran muchas preguntas, me reí y tras eso le saqué la lengua- ¿Son muchas preguntas?