Tarde de amigas{Dafne}

Me había levantado temprano por la mañana y cuando salí al balcon vi un hermoso sol, hacia muchisimo calor. Despues de ducharme para no parecer un monstruo viviente, me hice el desyuno y desayuné tranquilamente mientras veía las noticias de la televisión. Siempre me había gustado estar informada sobre el mundo que me rodeaba pero la mayoria que estaban dando eran desgracias por lo que despues de acabar de desayunar apague la televisión y llamé a Dafne. Dafne era mi mejor amiga, la había conocido cuando había llegado aquí. Ella es la camarera del restaurante Apla y la verdad es que habiamos hablado por primera vez y me había caido genial. Era una persona que siempre estaba alegre se parecía mucho mi en eso, ella y yo teniamos personalidades parecidas. Despues de hablar con ella por telefono, la invite a pasar la tarde en mi casa, hablando, riendo, etc. Le dije que si quería se podía traer a la pequeña Helena, era su hija y la verdad es que era un encanto de niña.

Verano. Amaba el verano. Era una estación de alegría que combinaba perfecto con mi carácter. Adoraba levantarme temprano y ver salir el sol. Helena disfrutaba mucho de aquella estación porque podía salir a jugar al aire libre y disfrutar de hermosos paisajes cálidos.
Honestamente, amaba vivir en Grecia. No sólo por el paisaje, sino por la cantidad de gente maravillosa que había conocido allí. Entre ellas estaba Destiny. Ella era sin duda mi mejor amiga. Nos habíamos conocido apenas llegué al país, en el Restaurante, donde ambas trabajabamos ahora. Era encantadora y muy parecida a mí en cuanto a personalidad. Helena la quería mucho también, era como una tía para ella.
Aquella mañana recibí una llamada de Destiny. Me invitaba a pasar el día en su casa y me pareció una idea genial. Podríamos hablar y pasar un lindo día de amigas.
Así que mientras esperaba que Helena se despertara, me bañé, me vestí y preparé todo para ir a la casa de Des. Cuando Helena despertó, la ayudé a prepararse también y luego cuando todo estaba listo, emprendimos el viaje.
Llegamos a la casa de Destiny, golpeé la puerta y esperamos con una sonrisa que ella saliera a recibirnos.

Despues de llamar a Destiny me dispusé a ir al supermercado a comprar algunas cosas que me faltaban, estaba segura que me daría tiempo de volver antes de que Destiny y Helena vinieran a casa porque al supermercado iba a ir en coche y tampoco tenía que comprar tantas cosas. Bajé del coche y busqué por las estanterias hasta que comprar todo lo que estaba buscando, lo cual estaba apuntado en una pequeña lista de la compra que me había hecho para no dejarme nada. Metí toda la compra en el coche y volví hasta mi casa, llegué a esta y coloqué todas las cosas en su sitio. Puse el aire acondicionado, ya que hacía mucho calor pero no demasiado alto ya que no quería que las tres cayeramos enfermas. Me dispusé a ver la televisión mientras esperaba que vinieran. De un momento a otro tocaron la puerta por lo cual fui a abrir y me encotré a Destiny y a Helena -Destiny!- exclamé mientras le daba un beso en la mejilla despues me agaché hasta la altura de Helena y le di hice cosquillas suaves -Cada dia más guapa- le dije para despues cogerla en brazos.

Luego de un rato, que no fue muy largo, Destiny abrió la puerta. Con su sonrisa habitual, y en eso se parecía mucho a mí, me saludó y yo la abracé. Seguramente aquella tarde sería muy divertida y la pasaríamos de maravillas.
Después de saludarme a mí, saludó a Helena y la tomó en brazos.
-Hola Des! Me da gusto verte y agradezco tu invitación-le dije con una sonrisa.
Nos invitó a pasar a su casa y no pude no admirar nuevamente su hogar. Lo conocía de memoria, prácticamente, pero siempre me había gustado. Era muy acogedor y familiar, un ambiente ideal sin dudas.

-A mi también me da gusto verte Dafne- exclamé con una gran sonrisa mientras aún tenía a Helena cogida en brazos. La verdad, es que no pesaba mucho pero estaba alta para su edad -De nada, pasaremos las tres la tarde juntas. Ya veras que bien nos lo vamos a pasar- dije sonriente mientras entrabamos en mi casa. Aquella casa Dafne la concía casi de memoria de las veces que había venido desde que nos habiamos hecho amigas, siempre pasabamos todo el tiempo juntas. Me gustaba poder disfrutar de su compañia y su amistad era muy valiosa para mi -Peque, ¿quieres chocolate?- le pregunté a Helena agachandome a su altura ya que antes la había sotado y la había dejado en suelo. Cuando me asintió con esa sonrisa tan caracteristica que tenía mire a su madre y le pregunté -¿Le puedo dar chocolate, verdad?- le pregunté a Dafne mientras la miraba esperando su respuesta, ya que no sabía si Helena a esas horas de la tarde tenía que comer algo o no sé, pero lo mejor era preguntar a la madre antes de darle algo a la hija. Hacia tiempo que nos conociamos y yo aún se lo seguía preguntando a Dafen por si acaso.

-Lo sé, contigo siempre hay diversión asegurada-dije con una sonrisa.
La casa de Destiny era simple pero acogedora. Era agradable estar allí porque era de esos lugares en los que te sientes cómodo. Yo sabía que era bienvenida siempre y eso me encantaba. A Helena también le gustaba mucho ese lugar, porque además Destiny siempre le hacía pasar un rato divertido.
Reí cuando me preguntó si le podía dar chocolate. Le encantaba "malcriar" a la pequeña y consentirla, pero siempre me pedía permiso antes. Y apreciaba ese gesto de su parte.
-Sí, claro que sí... No tienes que pedirme permiso para todo, es decir, te tengo confianza. Después de todo, eres como su tía-le respondí. Era la verdad. Helena adoraba a Destiny.

-Porque soy la bomba- èxclamé para despues soltar una carcajada por la tonteria que acababa de decir. Se río cuando le pedí si le podía dar chocolate a Helena -Ya sé que no tengo que pedir permiso para todo pero igualmente lo hago que pasa si esta castigada y yo no lo sé?- dije para mirar a Helena la cual me miraba como si hubiera dicho algo mal -Oh! Pero es no pasaría porque esta pequeñina de aquí es una niña muy buena, ¿ a que si?- exclamé al darme cuenta de que había dicho que la castigaran cuando ella siempre era buena para tener cinco años, claro esta. Miré como asentía con su cabecita.
-Gracias Dafne, ella es como mi sobrina. Y una las sobrinas las "malcria" asi que vamos a comer chocolate- dije para despues coger la mano pequeñita de Helena y con la otra mano coger la de Dafne para dirigirnos las tres a la cocina para comer chocolate.

-Oh si, eres la bomba-dije y luego ambas reímos a la par. No era un buen ejemplo para mi hija, pero cuando Destiny y yo estabamos juntas decíamos y hacíamos varias locuras... Sin mencionar lo mucho que nos divertíamos en fiestas y ese tipo de cosas.
-Sabes? En estos cinco años jamás la tuve que retar por nada... Y espero que siga así-le comenté, despeinando cariñosamente el cabello de Helena. Aquella niña era lo más bueno del mundo y por eso rara vez se portaba mal.
Y sé que las tías malcrian a las sobrinas... Te doy permiso para hacerlo, mientras no te vuelvas una mala influencia-bromeé. Eso era imposible, Destiny jamás le enseñaría a la niña nada fuera de lugar. Ella no era así.
Tomé su mano alegremente y nos dirigimos a su bella cocina, para comer chocolate.

-Lo sé, mucha gente lo piensa pero ninguna se atreve a decirmelo a la cara- exclamé para despues soltar una carcajada por como había seguido la broma.
-Yo también espero que siga así porque aún es muy pequeñita para convertirse en un pequeño demonio al que tienen que retas por todo- dije con una sonrisa divertida mientras pensaba que Helena era buena niña, al menos cuando yo estaba delante, que era muchas veces al día ya que Dafne y yo siempre estabamos juntas, sea por diversión que eran la mayoria de las veces o por el trabajo en el restaurante.
-Yo, una mala influencia?- le pregunté con fingida sorpresa -Me ofendes pensando mal de mi- exclamé bromeando mientras pensaba que Helena era como mi sobrina, no le enseñaría nada que estuviera mal y Dafne lo sabía. Llegamos a la cocina y saqué del cajon donde tenía el chocolate guardado una tableta de chocolate con leche, ya que el chocolate negro supusé que era muy amargo para Helena -¿Que tipo de chocolate quieres Dafne?- le pregunté con una gran sonrisa mientras le enseñaba lo que había en el cajon, chocolate negro, chocolate blanco y chocolate con leche.

-No es por ofenderte, amiga. Pero debajo de tu adorable cara angelical, se esconde un demonio y todo el que te conoce sabe eso a la perfección-dije, bromeando. Destiny sabía que yo confiaba en ella más que en nadie. Pero siempre bromeabamos al respecto, así era como solíamos divertirnos.
Le entregó el chocolate a Helena y la pequeña comenzó a comerlo, entusiasmada. La observé con ternura.
-Qué rápido crecen, no crees? En muy poco tiempo ya comenzará la escuela...-dije pensativa y con algo de nostalgia. Me asombraba lo rápido que crecía día a día. Y me emocionaba, claro estaba. No podía evitar pensar en eso, pero supongo que era normal. Todos los padres sienten nostalgia al ver crecer a sus hijos.
-Ah! Por cierto, chocolate negro para mí... Y si te pido un café estaría abusando de tu buena hospitalidad?-pregunté con una sonrisa, saliendo de mis pensamientos y bajando a la realidad.

-Sí, soy una demonio. ¿Acaso no sabias que estoy en una relación algo complicado, por no decir donfidencial, con el rey de los demonios?- exclamé intentando aparentar seriedad pero sin poder conseguirlo y despues de algunos segundos no pude evitar soltar carcajadas por lo que acababa de decir -Esta relación es confidencial así que te pediria por favor Dafne que no le contarás esto a nadie o mi imagen de niña que no ha roto nunca un plato quedaría totalmente destruida- seguí bromeando mientras miraba como Helena comía el chocolate que yo le había dado -Sí, crece muy rapida pronto te presentará a su novio- le comenté divertida mientras la abrazaba suavemente sabiendo que ella sentía nostalgia al ver crecer a Helena tan rapido -Supongo que no, aunque por el cafe me tienes que pagar horas extras- bromeé mientras le daba la tableta de chocolate negro e iba a preparar dos cafes, uno para ella y otro para mi.

-Así que andas haciendo tratos demoníacos? Vaya... Eso sí que no lo sabía.-dije, fingiendo sorpresa. Aquello se estaba volviendo divertido, así que no dejé pasar la oportunidad y agregué:
-Tu secreto está a salvo conmigo aunque te diré que sería interesante ver qué dirían en el restaurante si supieran de la segunda vida de la cocinera...-pregunté divertida, sin parar de reír.
Había ocasiones en las que decíamos ese tipo de cosas tontas y nos pasabamos bromeando por horas enteras. Si alguien nos observara creería que estabamos locas. Y quizás lo estabamos, pero el punto era divertirse y lo lograbamos.
-Cómo que novio? Ningún novio... Por lo menos hasta que tenga veinte-exclamé horrorizada. ¿Novio? Por dios, no quería ni pensar en lo rápido que crecía la niña.
-Gracias, Des... Y si quieres te pago. Si eres tan cruel como para cobrarle a tu mejor amiga...-dije bromeando.